Una de tantas puestas de sol durante la travesía
Después de superar nuestra sexta tormenta y de pasar una noche terrible, por fin amaneció y el temporal empezó a amainar. Mi cara refleja el agotamiento y el miedo pasado, después de toda la noche intentando que el barco no escore y la vela de plástico no sufriera demasiados golpes y se rompiera definitivamente. ¡Este día era mi cumpleaños!
Las olas no dejaban ver el horizonte.
Cosiendo y fabricando nuestra nueva vela con una máquina de coser"Singer".Después de diez días de navegación y de sufrir varias tormentas, las velas de tela se habían roto y necesitabamos una solución urgente. Stepan sacó de la bodega un plástico enorme y una máquina de coser. Gracias a esto conseguimos llegar a Antigua.
¡Nuestra nueva vela de plástico izada y a punto para continuar!
28 días y 27 noches a bordo de un barco de 9 metros de eslora y con tan poco espacio es un esfuerzo psíquico y físico. De vez en cuando me encaramaba al mástil para ver el horizonte y pasar el tiempo.
En Gran Canaria estuvimos buscando un generador eléctrico para poder cargar las baterías y así asegurarnos la electricidad durante la travesía. Un mercante ruso nos regaló uno y lo instalamos antes de partir. Al segundo día éste se estropeó por lo que hicimos toda la travesía sin luz y nos quedamos sin radio para comunicarnos. El GPS que llevabamos lo conetcábamos solamente por la mañana y por la noche para situarnos en el mapa y determinar nuestro recorrido por el Atlántico.Navegábamos con una brújula, entre los 230º y los 280º según avanzábamos. Por la noche, tenía que encender un mechero para ir viendo la aguja de la brújula y no desviarme de la ruta.
Esta foto la realicé en Puerto Mogán en Gran Canaria, poco antes de partir hacia el Atlántico. Era la fría noche del 1 de diciembre. La ilusión, el desafío y el temor contenido eran sentimientos compartidos. Conseguiremos superar los 5000 kmts de océano en un barco de construcción propia, con cabos de cáñamo, telas de tela, comida almacenada sin nevera y sin unos instrumentos electrónicos fiables?
Necesitábamos comer pescado para garantizar nuestra alimentación a lo largo de la travesía. Durante la primera semana y la ultima del recorrido la pesca fue abundante, sobre todo de grandes atunes. A mitad de la travesía no pescamos casi nada, cosa que nos preocupó bastante.
Parte de la pesca la limpiábamos y la dejábamos secar al sol para comerlo crudo después y otras piezas Ilena las limpiaba y las maceraba con especias y aceite y después de unos días estaba listo para comerlo crudo.